sábado, 23 de febrero de 2019

En un falso positivo en la frontera Venezolana, en el puente Simon Bolivar dos tanquetas fueron secuestradas por dos terroristas para llevarlas y atacar civiles indefensos, creando un hecho de sangre que legitime la invasión norteamericana... Una periodista chilena fue atropellada por una de estas resultando herida en el lado colombiano.

"La foto-periodista chilena herida en la frontera de Colombia y Venezuela, se llama Nicole. Viaja haciendo fotos por el mundo.

La conozco, estoy hablando con ella en estos momentos.

Fue trasladada a un hospital. Casi la mataron.

No murió, simplemente porque logró saltar y arrastrarse al ver que dos personas tomaron tanques de la Guardia Nacional para simular una arremetida de la policia venezolana que finalmente se logró desmontar.

Está en shock. Su relato es estremecedor.

*“Querían matar a la gente civil que estaba parada en la frontera. A toda velocidad. Me salvé por poco. No puedo creer que los presenten como héroes.”*

Dónde está la solidaridad de gremio?

Esta sola en el hospital. El Presidente de su país, Chile, está a pocos metros, promoviendo esta violencia en show supuestamente humanitario que ni ONU ni la Cruz Roja Internacional reconocen.

Sin embargo, ni una palabra para ver cómo está la compatriota, una colega que sobrevivió a un montaje asqueroso.

A los dos profesionales de TVN detenidos hace un tiempo en un episodio patético, los trataron como héroes.

Y Nicole? Es foto-periodista. Acaba de sobrevivir a un atentado criminal de los supuestos desertores que arremetieron a toda velocidad contra civiles.

Esto no es grave? Nicole no merece la solidaridad del gremio, por qué? 

En los videos, la verán en el piso.
Luego, verán cómo la misma policía, logra detener a los supuestos “desertores” que querían matar civiles como fuera para generar caos y un falso positivo. Los mismos que después corren hacia frontera colombiana y son recibidos como héroes por la policia allá. Atentado fallido, pero los protegen igual. Mientras, una colega y compatriota es una de las víctimas ante la nula condena del gremio en el País, que más bien presenta a los crimínales como “héroes” desertores”

No puede ser. Todo tiene un límite.

domingo, 17 de febrero de 2019

Se atreven a denominarse de izquierda

https://www.jornada.com.mx/2019/02/17/opinion/020a1mun


_Por Pablo Sepúlveda Allende_*

*¿No son, acaso, exactamente los mismos poderes fácticos que desestabilizaron y provocaron el golpe de Estado contra Allende, los que han estado permanentemente desestabilizando y asediando a la Venezuela bolivariana?*

Por eso, resulta insultante la falta de ética, y la doble moral de figuras políticas visibles que aún se atreven a llamarse representantes de los ideales de izquierda –como, sólo por nombrar algunos, *el presidente Pedro Sánchez, la senadora Isabel Allende, la ex candidata presidencial Beatriz Sánchez y sus falderos Giorgio Jackson y Gabriel Boric–*, quienes reproducen exactamente el mismo discurso de la derecha mundial para criminalizar a la Revolución Bolivariana, pero *son incapaces de señalar con vehemencia –como sí suelen hacerlo contra el venezolano– al gobierno de Estados Unidos como autor de los peores crímenes contra la humanidad en los pasados 70 años.*
Sólo en lo que va del siglo XXI sus intervenciones militares en Afganistán, Irak, Libia y Siria han dejado millones de muertos, millones de refugiados, países devastados e inmersos en el caos.

_¿Es analfabetismo político? ¿Confusión ideológica? ¿Cobardía política? ¿Doble moral? ¿O es el oportunismo, lo que no les permite alzar su voz para denunciar y rechazar la anunciada intervención militar en Venezuela por Estados Unidos?_

*Existe un escenario prebélico muy claro en Venezuela* y lo único que se les ocurre declarar en medios y redes sociales es que Maduro es un dictador, que viola de los derechos humanos, que hay una persecución política a quien opina diferente, etcétera. Todas ellas, gigantescas falacias del mismo tamaño de las corporaciones mediáticas que las fabrican. Poco o nada dicen sobre el sociópata Trump y la camarilla de criminales de guerra que lo rodea.

Con el mayor de los cinismos, vienen a decir que Venezuela o Nicaragua dañan a la izquierda
¡Vaya desfachatez!
*¿Con que autoridad, a estas alturas, se autoproclaman de izquierda?*
Daño le hace
a la noble lucha y al genuino ideal de izquierda la indefinición, la desideologización, el no asumirse anticapitalista, antineoliberal, el decir que el imperialismo es un concepto trasnochado, que con todo su poderío económico y militar sigue pretendiendo quitar y poner gobiernos afines a sus intereses, a punta de sangre y fuego, sin disimulo ni pudor alguno.
Daño le hacen a la izquierda si ya no luchan y si no se atreven a alzar su voz contra las terribles injusticias que son producto de ese sistema de despojo permanente.

*Si ya no creen verdaderamente en la alternativa socialista para trascender este sistema criminal e inmoral, es mejor que no se llamen de izquierda.*

Con todos los errores y problemas que pueda haber, ustedes no tienen autoridad moral para señalar a Venezuela, a Nicaragua o a Cuba como dictaduras que como política violan los derechos humanos. Sean consecuentes y leales a los anhelos de justicia de las mayorías. Groso daño hace a la política y a la izquierda, criticar irresponsablemente a los procesos políticos que deciden ser soberanos y que les toca, nada más y nada menos que enfrentar a los poderes fácticos de la plutocracia mundial.

*Hoy por hoy, en Venezuela está en curso un golpe de Estado que pretende abrirle las puertas a una intervención militar.* En esta ocasión, el gobierno estadunidense no está detrás –como sí lo estuvo solapadamente aquél fatídico 11 de septiembre de 1973–, hoy está adelante del golpe, anunciándolo, violando toda norma del derecho internacional y la Carta de la Naciones Unidas.

*Recordemos que la excusa que hasta el día de hoy utiliza la derecha chilena para justificar el golpe de Estado es la honda crisis que atravesaba el país (palabras del propio tirano). Sabemos que esa crisis fue, en gran medida, provocada por la asfixia económica que decretó Nixon. Hoy, en Venezuela, la crisis económica es también, en gran medida, provocada por los poderes económicos nacionales y trasnacionales. Esa crisis, a la que convenientemente quieren catalogar de crisis humanitaria, es la excusa para justificar lo injustificable: la intervención militar.*

*Tal vez sea mucho pedir que apoyen abiertamente a la revolución bolivariana, pero si dicen ser demócratas, humanistas y de izquierda, sí me atrevo a exigirles que, en este momento histórico, no titubeen en tomar posición del lado correcto de la historia, del lado del respeto a la soberanía y la autodeterminación del pueblo venezolano y de todos los pueblos del mundo, del lado del respeto al derecho internacional, del lado de la paz. Debemos tener la audacia y el coraje de luchar decididamente contra los intentos injerencistas y golpistas, sin ambigüedades ni medias tintas. Es nuestro deber. El momento histórico lo exige. Están a tiempo de rectificar.*
*La historia los juzgará.*

*Nieto de Salvador Allende / Médico, coordinador del capítulo venezolano de la Red en Defensa de la Humanidad.


https://www.jornada.com.mx/2019/02/17/opinion/020a1mun

viernes, 1 de febrero de 2019

Asalto a la democracia latinoamericana

*CARTA ABIERTA AL FRENTE AMPLIO A PROPOSITO DE LA SITUACIÓN EN LA REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA*
01 de febrero de 2019

La mañana del 11 de septiembre de 1973, cuando los golpistas se enteraron de la decisión del presidente Allende de mantenerse en La Moneda y no renunciar al cargo, Pinochet dio luz verde al bombardeo y asalto militar del palacio de gobierno pronunciando una frase macabra: “muerta la perra se acaba la leva”.
Este episodio no es sólo una muestra del nivel de crueldad al que estaban dispuestos los golpistas del 73, también es una perfecta representación de la forma en que esta clase de gente comprende los procesos sociales y políticos.
Uno de los elementos centrales del imaginario capitalista es la sobrevaloración del papel de los individuos en los procesos políticos, sobrevaloración que se ejecuta con la misma violencia con que desprecian, e incluso niegan, el rol de los sujetos colectivos en la construcción histórica.
El caso es que frente a la sentencia brutal de Pinochet de “muerta la perra se acaba la leva”, Allende respondió con una frase luminosa y contundente: “no se detienen los procesos sociales ni con el crimen, ni con la fuerza… la historia es nuestra y la hacen los pueblos”.
Pasan los años y las palabras de Allende, que siguen tan vigentes como el día en que las pronunció, me empujan a referirme a la situación actual del hermano pueblo de Venezuela.

Antes de continuar, debo aclarar que sería un reduccionismo irresponsable plantear que la situación de hoy en Venezuela es análoga a la padecida por Chile en 1973. Las diferencias son múltiples y profundas. Una de las más importantes es que la Revolución Bolivariana ha soportado 20 años de presión implacable de parte de la oligarquía interna y del imperialismo externo, incluyendo el haber enfrentado de forma victoriosa el golpe de estado de 2002 contra el presidente Chávez.
Aclarado el punto, voy al fondo de mi argumento: El problema de Venezuela no es Nicolás Maduro. La crisis venezolana no puede reducirse a la forma de ser o del estilo de gobernar del presidente venezolano. 
Desde un punto de vista geopolítico, el problema de Venezuela es que posee una de las principales reservas de petróleo y minerales del mundo. Se trata de reservas críticas para la economía mundial de los próximos 50 años. Se trata de recursos estratégicos ubicados ni más ni menos que en el “patio trasero” de los Estados Unidos, y que no están bajo el control de dicha potencia. A lo anterior, se debe agregar que, frente al bloqueo y las sanciones económicas occidentales, Venezuela se ha visto obligada buscar apoyo económico y militar entre potencias competidoras de EEUU, es decir China y Rusia. La urgencia de EEUU es impedir que esos lazos se consoliden, cueste lo que cueste… y eso es lo que están haciendo.
Si la motivación de EEUU y sus aliados fuera velar realmente por la integridad de los Derechos Humanos en Venezuela, no habría ninguna justificación para que no hubieran implementado medidas similares de intervención contra estados como Israel o Arabia Saudita, países donde el atropello a los DDHH es parte central de sus formas de gobierno.
Por otra parte, resulta bastante evidente el constatar que el orden neoliberal, que ha hegemonizado gran parte del mundo una vez finalizada la guerra fría, está en una franca crisis de legitimidad. La alianza entre el capitalismo financiero, liberales, socialcristianos y sectores antes conocidos como socialdemócratas (alianza representada de modo paradigmático por los gobiernos de Frei, Lagos y Bachelet en Chile, Menem en Argentina, Tony Blair en Inglaterra, Felipe González en España y un largo etcétera que llega hasta Macron hoy en Francia) está dando muestras de estar perdiendo el apoyo de las mayorías sociales, por derecha y por izquierda. En este escenario, el modelo neoliberal en crisis se ve en la obligación de dar muestras se fuerza. De este modo, “disciplinar” a Venezuela les resulta de mucha utilidad, ya que, por un lado, sirve para intimidar a las oposiciones de izquierda en sus propios países y, por otro lado, para congraciarse con los afanes autoritarios y neofascistas de sus oposiciones por derecha.
Si miramos la situación actual, ya no desde la contingencia inmediata, sino desde la perspectiva de los procesos históricos de largo plazo, es necesario reconocer que el socialismo, en sus diversos formatos, es un fenómeno relativamente reciente en la historia humana que ha ejercido el poder político en algunas naciones del mundo de modo intermitente, sólo durante los últimos 100 años.
El camino elegido por el pueblo venezolano en la construcción del socialismo en democracia, con sus innegables singularidades, virtudes y defectos, se está encontrando con las mismas amenazas externas e internas que otros pueblos también han padecido al confrontar intereses de los poderes hegemónicos y deberá encontrar su propio camino de supervivencia.
Frente a la situación actual de Venezuela soy claro y tajante: A partir de mis convicciones políticas y morales, apoyo todo esfuerzo que esté encaminado a que Venezuela continúe construyendo socialismo en paz, democracia, pluripartidismo, tolerancia, con participación real del pueblo y sin autoritarismo.
Con la misma claridad, soy consciente en reconocer que participo con entusiasmo de una alianza política como el Frente Amplio en la cual mis convicciones políticas son una más en un saludable contexto de diversidad ideológica y cultural.
Puedo entender que en nuestro sector político convivamos con compañeras y compañeros que no comulgan con un ideario socialista. También puedo entender las profundas y legítimas diferencias de interpretación que podemos tener respecto de lo que pasa en Venezuela, pero sé que estamos alineados en respetar principios fundamentales de la convivencia entre las naciones, tales como la autodeterminación de los pueblos, la resolución pacífica de las controversias y la no intervención en los asuntos internos de las naciones.
Desde esta perspectiva, llamo a simpatizantes, militantes, partidos y movimientos del Frente Amplio a condenar los grotescos actos de intervención internacional en Venezuela, a los que el gobierno chileno se ha sumado de modo sumiso e irreflexivo. Fundamento esta condena más allá de mis convicciones socialistas, lo hago desde mi compromiso con los valores que han dado origen al Frente Amplio. Lo hago desde la necesidad de que nuestra coalición vele por la vigencia de principios fundamentales del derecho internacional.
Chile es un país pequeño. Ya fuimos víctima de la intervención de EEUU en nuestros asuntos y sabemos de las secuelas de sufrimiento que nos trajo esa intervención, sufrimiento que bien conocen muchos otros pueblos del mundo, teniendo a Libia o Irak como las víctimas más recientes.
Avalar que potencias extranjeras (muchas de ellas con oscuro pasado colonialista) asalten con impunidad el orden político de Venezuela esgrimiendo argumentos espurios afirmados en una gigantesca operación de manipulación informativa, no hace otra cosa que debilitar una de las pocas capas de protección jurídica internacional que países como el nuestro tiene para mantenerse independiente y soberano en el mediano y largo plazo.
A mi juicio, se equivoca quien pretenda caer en el reduccionismo de pensar que el problema de Venezuela es Nicolás Maduro, del mismo modo que se equivocaba Pinochet al pensar que “muerta la perra se acababa la leva”.
Pongo estos argumentos para su debate abierto y fraterno dentro del Frente Amplio.

Cristian Cuevas Zambrano