Por Gustavo Paredes
El dólar estadounidense ha mantenido su estatus como la principal moneda de reserva a nivel mundial, ejerciendo una influencia significativa en la economía global por a lo menos durante un siglo.
En este artículo examinaremos cómo el dominio del dólar, en ocasiones denominado “dólar parasitario”, impacta en las economías de los países y cómo la desdolarización puede representar un paso hacia la autonomía económica y la liberación de una relación neocolonial.
El Dólar Parasitario y su Control Económico:
El término “dólar parasitario” refleja la dependencia de muchas economías respecto al dólar estadounidense, tanto en transacciones internacionales como en reservas de divisas. La dominancia del dólar otorga a Estados Unidos un poder económico considerable, ya que puede influir en otras naciones a través de su política monetaria y financiera. Las sanciones económicas, por ejemplo, son un instrumento de control que utiliza Estados Unidos, al restringir el acceso al dólar y penalizar a países que no se alinean con sus intereses.
Implicancias Neocoloniales de la Dolarización:
La dolarización, entendida como la adopción del dólar estadounidense como moneda oficial en un país extranjero, puede llevar a una relación neocolonial. Los países dolarizados ceden parte de su soberanía monetaria y política a Estados Unidos, ya que no tienen control sobre la emisión y la política monetaria que afecta directamente su economía. Esto puede resultar en desequilibrios económicos y vulnerabilidad frente a las decisiones de política de la Reserva Federal estadounidense.
El Camino hacia la Desdolarización:
Para liberarse de la dependencia del dólar y mitigar la relación neocolonial, muchos países han considerado la desdolarización. Este proceso implica la diversificación de las reservas de divisas, el fortalecimiento de monedas locales y la promoción de acuerdos comerciales en monedas diferentes al dólar. La desdolarización busca una mayor autonomía económica y un sistema financiero más equitativo y resiliente.
El grupo de países conocido como BRICS, compuesto por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, representa una importante fuerza en la arena política y económica a nivel global. Este bloque emergente ha desempeñado un papel significativo en la promoción de intereses comunes y la influencia del llamado “Sur Global”, es decir, los países en desarrollo de diversas regiones.
Cooperación económica y financiera
Uno de los aspectos más destacados de la influencia del BRICS en el Sur Global es su colaboración económica y financiera. Estos países, que poseen economías en crecimiento, han establecido mecanismos de cooperación, como el Banco de Desarrollo del BRICS y el Fondo de Reserva de Divisas, para financiar proyectos de infraestructura y desarrollo en diferentes partes del mundo, especialmente en África y América Latina.
Contrapeso al poder tradicional occidental
El BRICS ha buscado actuar como un contrapeso al dominio histórico de las potencias occidentales en los asuntos internacionales. Al unirse y coordinar sus posiciones en foros internacionales como las Naciones Unidas, han promovido una voz colectiva del Sur Global, defendiendo intereses compartidos y perspectivas alternativas en temas cruciales como el cambio climático, el comercio y la gobernanza global.
Fomento de relaciones Sur-Sur
El BRICS ha fortalecido las relaciones Sur-Sur, promoviendo el comercio y la cooperación con otros países en desarrollo. Esta dinámica ha contribuido a diversificar las opciones comerciales y a fomentar la autonomía económica y política de los países del Sur, disminuyendo la dependencia de las economías del Norte.
Intercambio de conocimientos y tecnología
Los países del BRICS han compartido experiencias y conocimientos en diversas áreas, incluidas la tecnología, la ciencia y la innovación. Esta cooperación ha permitido el intercambio de buenas prácticas y la promoción del desarrollo tecnológico, contribuyendo al avance económico y social en el Sur Global.
Perspectiva multipolar y multilateral
El BRICS promueve una visión más equitativa y multipolar del mundo, abogando por un orden internacional basado en la igualdad de soberanía entre naciones y en la participación activa de países emergentes y en desarrollo en la toma de decisiones globales.
Por lo tanto, el control económico a través del dólar parasitario y la neocolonización que conlleva la dolarización, plantean importantes desafíos para la autonomía y el desarrollo económico de los países.
La desdolarización emerge como una estrategia para recuperar la soberanía monetaria y fomentar un sistema económico más equitativo y justo. Es fundamental que los países evalúen cuidadosamente sus opciones y busquen formas de diversificar sus monedas y relaciones económicas para garantizar un futuro más independiente y sostenible.
En esta perspectiva, el BRICS ha generado un impacto significativo en la geopolítica mundial al representar una alternativa y un contrapeso al tradicional poder del Norte. Su influencia en el Sur Global se refleja en la promoción de la cooperación económica, el fomento de relaciones Sur-Sur, el intercambio de tecnología y la defensa de un orden internacional más equitativo. Este grupo continúa desempeñando un papel crucial en la configuración de un mundo multipolar y en la promoción de los intereses de los países en desarrollo.
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